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Hola, soy Erika Urióstegui Psicóloga Clínica

Curiosa, leal, comprometida y apasionada del desarrollo humano

Me apasiona el desarrollo del ser humano y siempre estoy buscando aprender cosas nuevas, porque creo que cada área tiene algo valioso que enseñarme. Me define mi curiosidad: adoro innovar, probar formas diferentes de hacer las cosas y, sobre todo, sumergirme en un buen libro (¡siempre tengo uno a la mano!).

Soy leal, comprometida y me gusta dar lo mejor de mí en todo lo que hago. Valoro mucho la honestidad y la capacidad de crecer junto a los demás, siempre tengo ideas de cosas que podrían aplicarse en el mundo.

Formación académica

Estudié Lic. en Psicología en la Universidad del Valle de México (del 2006 al 2010), y me especialicé en psicología clínica porque siempre me ha fascinado entender la mente humana y ayudar a las personas desde ese enfoque.

Para seguir aprendiendo cursé 2 diplomados:

– Neuropsicología Infantil (del 2022 al 2023), porque me encanta trabajar con niños y entender su desarrollo.
– Psicofarmacología (en el 2023), para complementar mis conocimientos sobre cómo los medicamentos interactúan con la mente.

Actualizaciones

Del 2016 al 2022, tomé la Formación como Maestra de Jardín de Infancia Waldorf en Yax Kin y también estudié Psicoterapia Antroposófica en un programa internacional del 2017 al 2022, -ambas con certificación pendiente-.

Actualmente, estoy emocionada porque estoy cursando mi Master en Neuropsicología Clínica (¡lo inicie en mayo 2025!).

Hubo un tiempo en el que exploré la Arteterapia Antroposófica (del 2013 al 2015), pero por circunstancias de la vida no pude terminarlo. Lo mismo pasó con mi Maestría en Psicoterapia Dinámica (del 2012 al 2013). Aún así, la experiencia me dejó algo valioso. Siempre estoy buscando aprender y crecer, tanto profesional como personalmente.

Una de las etapas más bonitas de mi carrera fue cuando trabajé como maestra de preescolar. Tuve la oportunidad única de acompañar por varios años a un grupo de pequeños hasta primaria, y fue increíble ver cómo sus mentes se abrían al mundo. Observar cómo construían sus primeros conceptos, cómo su asombro se convertía en preguntas y su curiosidad en aprendizaje… ¡era como ver magia en acción!
Esos niños me enseñaron que el verdadero motor del conocimiento es la pasión por descubrir, dejándome una experiencia que marcó profundamente mi forma de entender la educación.

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¡Además, soy mamá!

Pero sin duda, mi mayor y más desafiante aprendizaje ha sido la maternidad. En 2014 me convertí en mamá por primera vez, y en 2016 llegó mi segundo hijo. Este viaje ha sido fascinante, lleno de momentos que nunca imaginé: descubrí capacidades que no sabía que tenía, enfrenté desafíos que me hicieron crecer y aprendí lecciones que ningún libro podría enseñarme. Ser madre me ha dado una perspectiva completamente nueva sobre el desarrollo humano, la paciencia y el amor incondicional.

Al final, todas estas vivencias (como profesional, educadora y mamá) se entrelazan. Cada una me ha dado herramientas para entender mejor a las personas, especialmente a los niños y su evolución, para poder acompañarlos con más sensibilidad en sus procesos.